martes, 6 de septiembre de 2011

Muñeca rota

Dulce muñeca de porcelana,
con vestido negro engalanada,
en un rincón,
en lo más alto de la torre,
desolada por la traición.

En aquella esquina,
llora lágrimas de sangre,
causadas por un dolor,
más fuerte que el hambre.

Sus ojos enrojecidos,
fulminan con miradas de odio,
sus labios para siempre cosidos,
desde el día del oprobio.

Se acercó una niña:
¡Por Dios, qué muñeca más fea!
No pienso jugar con ella.
Y ella pensó “será la única que no lo hace”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario