viernes, 16 de septiembre de 2011

1.08.2011

Un año después, mismo sitio, en el mismo lugar y algunas caras ya conocidas. Mismo profesor, que esta vez me dará clase el año que viene. Mismos problemas técnicos, mismo retraso en el horario, con la salvedad de que esta vez tuvimos el material a tiempo. Afortunadamente, el mismo alcalde inaugura el curso, pues sin su apoyo no tendrían lugar ni el curso ni las conferencias vespertinas.
Un año después, tras mi primer año de carrera, espero venir con más conocimientos, comprender mejor aquello que tratan de enseñar: la relación del hombre con las cuevas, ¿qué significan los muertos en las cavernas?
Un año después, muchas cosas han cambiado, mi entorno no es el mismo, mi estilo de vida tampoco es igual y ni mucho menos yo soy la misma. Se empieza mes y semana, lo que para mí, que siempre me fijo en los pequeños detalles, al igual que Amélie, lo considero una señal. Una oportunidad para comenzar algo, ¿por qué no hacer una lista de propósitos? Algo que evidentemente vaya a cumplir. Bueno, por lo pronto, un objetivo que requiere mi atención inmediata es atender, así que me veo obligada a dejar de escribir esto y concentrarme en “los primeros testimonios de enterramientos humanos”.
Volveré y espero que con alguna historia interesante, tengo varias ideas y por lo que se ve, Ramales no está tan mal, por algún motivo que desconozco me ayuda a escribir. Llegué ayer y escribí, ¿volveré al ritmo de relato por día?

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